No es un secreto mi predilección por los bajos headless. Algo que paradójicamente comenzó en parte como resultado de una limitación económica, ya que en 1985 tenía que elegir entre comprar madera o comprar clavijas y puentes.
Conocer la existencia de instrumentos diseñados por gente como Ned Steinberger y Phillip Kubicki (su Ex Factor con una extensión al re en la cuarta cuerda me quitaba el sueño), sumado a cierta habilidad básica para trabajar metales, comenzó siendo una solución a mi restricción en ese momento y con el tiempo terminó convirtiéndose en un camino propio. La búsqueda de la eficiencia y el equilibrio.
Desde ese momento mi sistema de afinación fue mutando desde lo más básico y tosco, incluso con la necesidad de utilizar una llave allen para afinar una cuerda, hasta alcanzar un diseño eficiente y cómodo con una estética que me satisface.
Pero el sistema de afinación es simplemente una necesidad para lograr otro fin, un requisito que permite la posibilidad de desarrollar un instrumento equilibrado. Instrumento en el cual la mano que digita el diapasón no tenga que estar sosteniendo el mástil, o para no tener que hacer esto, que el brazo de la mano que pulsa las cuerdas no tenga que hacer contrapeso sobre la caja para lograr el mismo objetivo.
En esta página se puede ver la evolución de mi trabajo, exclusivamente en bajos headless: